Tradicion Maya en el Bautizo

Les comparto una tradición que conservamos con el Bautizo de Maia. Puede que no exacto como aquí dice (el padrino de Maia se muere de un sincope si lo consideran el hombre mayor de su comunidad jajajajajaja.

Todo esto fue luego de la ceremonia religiosa, una vez que llegamos a casa. Si hay fotos pero esto si que es algo muy íntimo, así que quedan para la familia.

Entre los mayas, el compadrazgo es mucho más sagrado que entre otros grupos. El padrino de bautizo o hetzmek es el que pone por primera vez al bebé en la cadera de la madre, el padrino del primer hijo de una pareja, lo será de todos los demás.

Normalmente, los abuelos peternos son los padrinos; pero si ni el padre ni la madre del niño bautizado tuvieran padres, buscan a otra pareja mayor, que sea muy respetada en la comunidad, para que apadrine a los niños. Cuando la pareja elegida acepta, se celebra una ceremonia para mostrar respeto. Los padres que van a tener al niño van a la casa de los padrinos y les llevan 3 guisos diferentes, tortillas envueltas en una servilleta nueva, tres velas blancas y chocolate. El día del bautizo, se hace una ceremonia parecida en honor de la madrina.

Cuando ya han tenido varios hijos, se celebra la ceremonia llamada poh-kap, que significa lavada de manos. La consideran indispensable, pues de no celebrarse, cuando mueran los padrinos, pasarán un tiempo en el infierno, donde les torturarán las manos.

Esta ceremonia se celebra en el altar familiar de la casa de los padrinos. Invitan a un maestro-cantor, quien conduce y preside la ceremonia. Asiste también un chapach o amigo de confianza, quien será testigo de los padres. El altar se limpia con especial cuidado, y la entrada se adorna con una arco de hojas de xiat. La mesa, que se coloca en el centro de la estancia, lleva un mantel nuevo y platillos especiales de fiesta, como pavo relleno y tortillas. En el suelo, cerca de la mesa, colocan un plato de cerdo preparado y en el altar, cinco platillos preparados con guajolote y acompañados de sus respectivas tortillas.

El maestro-cantor le dedica la comida a la cruz, mientras que la pareja que ofrece la ceremonia, se arrodilla frente al altar y reza. Luego, el chapach y el maestro-cantor se sientan en unas banquitas al lado del altar, los padres reciben respetuosamente a los padrinos y le dan una vuelta a la mesa de rodillas, deteniéndose frente a los padrinos, a quienes el hombre les lava las manos y la mujer se las seca. Antes de que termine la ceremonia, se vuelve a repetir este rito, la mujer es quien les lava las manos y el hombre quien se las seca. Los padrinos, antes de irse, le dejan a los padres dinero sobre la mesa del altar, como ayuda para pagar los gastos de la ceremonia. El chapach también deja dinero, con el mismo fin. Cuando la ceremonia termina, los padres le dan a los padrinos y al chapach un plato de pavo para que se lo lleven a su casa.

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Foto | Huipiles yucatecos