Siempre me jacto de que mi hija mayor pasó su primera noche sin mi casi a los 5 años y medio, cuando pasé la noche en la clínica con su hermanita recién nacida.
Pero a Maia le tocó antes de cumplir su segundo año de vida, y conste que yo no me fui a ningún lado. Fue ella.
F pidió su día libre en la empresa un lunes, para pasarse domingo y lunes en el pueblo. Sofi tenía clases así que imposible hacerla faltar.
Y realmente, me tomó de imprevisto: el sábado nos fuimos a la cama con tremendo aguacero y me dormí pensando que lloviendo, no se llevaría a la bebé. A media madrugada la tormenta me despertó y volví a pensar lo mismo. Así que di por descontado que no se llevarían a mi bebecita.
Error.
Amanece nublado y algo frío. F me pidió que preparara las cosas porque igual iba a viajar. Así que sin mucha anestesia de por medio, terminé de preparar las maletas, le puse a ella una mini mochila con crayolas, libreta y juguetes y se fueron.
Sofi se despertó y le explique que esos 2 días o día y medio íbamos a estar solas. Como antes, mamá me dijo y me hizo sonreír con nostalgia. Pero ahora somos una familia «grande» hija, esa es la diferencia.
Así que desayunamos y nos preparamos para ir a misa. Fue un domingo tranquilo. Hablamos con F unas cuantas veces, y nos conté como toda la familia andaba consintiendo a la niña.
Que Maia bailaba delante de la TV con la música y su bisabuela paterna se derretía al verla. Y que la otra bisabuela, que apenas puede ver, se reía al ver como Maia se pegaba stickers en la piernita.
En la noche, me dije «a ver como era dormir una noche completa» y para que!!!! tormenta eléctrica a las 3AM. Sofi no fue a la escuela y nos pasamos el día pensando a que horas llegaría papá y Maia.
Y llegaron en la tarde-noche y Maia corrió a mis brazos.
Sobreviví.
Sobrevivimos todos !
Oh!!! te re entiendo! aunque aun Ber no pasó ni una noche lejos mío… el tiempo debe haber pasado super lento, no?
No, estuve entretenida con Sofi, peor si, me sentí extraña sin el pequeño terremoto en casa…