Esto creo que lo escribio una mama española, aparentemente, de Malaga.
Estemos advertidas muchachas !!!
Todos los padres, han sufrido la época de las preguntas de sus hijos… ya podéis imaginaros:
Peque (no influye que sea niño o niña), tres años y de oficio: disparador de preguntas.
¿Por qué…? ¿qué…? ¿para qué…? ¿dónde….? Si un padre se descuida, puede tener una depre post-ataque preguntil bastante grande. ¿Quién es el guapo que aguanta 30-40 preguntas indiscriminadas en unos minutos? Y eso si, respuestas acertadas, que te pillan en un plis-plas como quieras hacerte el listo. Normalmente esa época se acaba (menos mal) en un par de años (mes arriba, mes abajo)… salvo que te toque un curioso impertinente… que esa época dura toda la vida (desgraciadamente una de mis hijas es uno de ellos, 8 años y sigue preguntando), y claro, conforme cumple años, quiere respuestas más acertadas, respuestas que «calcen» con sus preguntas, y que «curiosamente» puedan creérselas.Ejemplo: no vale decirle que el ratoncito Pérez no ha podido traerle su moneda porque el ratoncito Pérez no existe… que te ganas una rabieta de las que hacen historia y al final terminas convencida de que el ratoncito Pérez existe y es archiriquísimo.
Todo este preámbulo viene a cuento, porque hoy he recordado una pregunta antológica que me realizó Estel a sus 3 añitos… y que aún hoy, cinco años después, no he sido capaz de contestarle.
Estoy cambiándole el pañal a Ithilien, tiene ya año y medio y ando pensando si será buena época para quitarle su pañal y hacer las primeras pruebas de fuego (en este caso de escupidera). Estel me observa, lleva un rato muy seria mirando como he bañado a Ithilien, puesto el pañal, vestido y dado la cena… y ahora, mientras vuelvo a cambiar el pañal de la otra peque, por fin se decide a hablar.
– Mami
– Si, Estel?
– Si las mamás tienen el bebé en la tripa.
– Ajá
– Si las mamás van al hospital y tienen el bebé.
(Empiezo a sospechar hacia donde me dirige Estel y la miro de reojo, mientras sigo con mi proceso de pañal limpio con Ithilien)
– Si.
– Si las mamás le dan la teta a los bebés. Y lo bañan. Y lo cuidan. Y lo duermen. Y le cambia los pañales. Y les cantan las nanas para que se duerman…
– Ufff (suspiro, parece que no me va a hacer la pregunta fatídica por hoy… esa pregunta que empieza por… ¿cómo entran los bebés en las barrigas de las mamás?)
– Si las mamás hacen todo eso con los bebés…
Me vuelvo y miro a Estel («a ver donde quiere llegar con tantos si…»)
– ¿Para qué sirve un papá?
Pues ahí os dejo la pregunta. Después de cinco años, no he sabido contestársela a Estel.
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