A principios de mes, comencé a practicar una nueva técnica (para mi) llamada Log Cabin. Claro que es mi primer intento, pero estaba bastante satisfecha con lo logrado luego de una vuelta alrededor del centro del tejido, que ya iba a desarmarlo.
Pero llegó Maia y comenzó a preguntar qué hacía y para qué lo hacia.
«Mira hija, es un estilo de tejido que estoy aprendiendo, se llama Log Cabin y está difícil, pero si no lo intento, nunca lo voy a aprender».
Maia preguntó que tan grande lo podía hacer y le dije que mis nuevas agujas de aluminio de 25 cms no soportarían más de 60 o 70 puntos.
«Entonces, no podrás hacerme una mantita con eso colores?» Preguntó con desilusión. Pero esa carita desapareció cunado le dije que podía hacer varios cuadros y finalmente, unirlos. Desbordaba de felicidad!
Sé que ustedes no entenderán su felicidad por una simple mantita, pero aquí en Cancún, en donde tenemos calor más del 95% del año, tener una mantita es para ella algo exótico… y si está hecha por las manos de mamá, mucho más aún.
Al día de hoy, empecé la quinta vuelta alrededor del centro del tejido. Me falta muchísimo por perfeccionar pero mi clienta no es para nada exigente.
La técnica Log Cabin consiste en levantar los puntos del costado de tu tejido e ir avanzando en sentido contrario a las agujas del reloj. Me he comido un par de puntos y el tejido no tiene la armonía que debería tener pero espero ir aprendiendo con el paso del tiempo y poder presumirles el resultado final en algún momento.
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