Regresaron las clases, se acabo la novedad y empezamos a caer lentamente en una rutina. Y parte de esa rutina, es la tarea escolar.
Mucha o poca, debe ser completada a tiempo y no dejar todo para último momento. Especialmente, si involucra comprar material para realizarla o presentar al día siguiente.
Nosotras tenemos una buena rutina (LA mejor rutina) para la hora de hacer la tarea y hoy, la comparto con ustedes!
La mejor rutina para hacer la tarea escolar
A algunos, les es más fácil hacer la tarea apenas llegan de la escuela. Otros, prefieren esperar hasta la tarde para comenzar. Nosotras hacemos todo un rato después de terminar de comer.
Principalmente con Sofía, me acostumbré a preguntarle apenas pone un pie fuera de la escuela:
Hay tarea? Copiaste todo? Tenemos que ir a comprar algo a la papelería?. Y así me acostumbré porque me pedía las cosas o decía que había olvidado copiar algo cuando llegábamos a casa, y ya era pérdida de tiempo.
Nosotras llegamos de clases al mediodía. Mientras mis hijas se arrancan el uniforme (oh, si, se lo arrancan, el mediodía en Cancún es sumamente caluroso) se colocan algo más fresco (nunca se bañan de inmediato, para evitar un shock por cambio brusco de temperatura) y comen algún refrigerio simple para esperar hasta las 2 de la tarde, hora en que comemos.
Ordenamos la mesa, limpiamos y ahora si, empezamos a comentar la tarea. Esto, mientras reviso la libreta de tareas de Maia, aunque suelo enterarme de la misma en la puerta de la escuela, a través de otras mamás. Si tenemos todo para realizarla, comenzamos.
Creo que este es el tercer año en que no me involucro directamente en la tarea de Sofía. Ella se sienta y la hace, así, sin más. Si requerirá de la tableta para hacer consultas, pide permiso y la usa. Lo mismo si necesita que yo le imprima algo. Ocasionalmente pregunta alguna cosa o me da su tarea para que la corrija.
Como dije antes, con Maia tengo que hacer trabajo más dedicado: escribo en nuestra pizarra si tiene que copiar algo. Repasamos, usamos algún material extra para que tenga un poco más de práctica al regresar al salón.
Lo que siempre me funcionó con Sofía y ahora aplico con Maia es empezar por la tarea más sencilla y dejar a lo último lo complicado. Y nunca falta un «vamos, es lo último y terminamos» que las motiva a concentrarse.
Y esta es la mejor rutina para nosotras, pero para ustedes puede llegar a funcionar algo radicalmente opuesto. Solo es prestar atención y ver a qué reaccionar mejor tus hijos.
photo credit: Studious via photopin (license)
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