Hace unas semanas, me despierto sobresaltada. Plena madrugada, lo único que atino a pensar es que había tenido una pesadilla. Intento recordar, recordar. No, no recuerdo que soné pero siento miedo, estoy intranquila.
Le hablo a F, lo despierto y le digo tengo miedo. Me da la mano, me pregunta si soñé feo.
Habrán pasado 5 minutos, 10. Aprovecho a ver la hora (3:40 AM) y me digo que mejor, seguir durmiendo.
Miro a Maia, que estaba mi otro lado. Tapada (lo cual nunca hace). La toco: hierve. Bueno, está tapada, estamos encerrados, prendo el aire acondicionado. La destapo y no, esa nena hervía terriblemente.
Corro por el termómetro: 39.4° !!! Pero duerme plácidamente… ¿qué hago? !!!
Despierto por completo a F y empezamos a intercambiar ideas: «la dejamos dormir», «le damos un poco de leche para despertarla», «la despertamos y la bañamos». Y Maia despertó.
La llevamos a la sala, le volvemos a tomar la temperatura. Empezamos a preparar el baño.
De manera asombrosa, se comporta de manera dócil y se deja refrescar. Estamos más de 20 minutos y salimos. Sigue con temperatura y F. recuerda los supositorios.
Por supuesto que luchamos para ponérselo pero a los 5 minutos, está sin temperatura y profundamente dormida. Y nos dejó dormir hasta las 8 de la mañana.
Maia se enferma 2 veces al año. Y suele coincidir con el cambio de estación. Así que más allá del susto nocturno, no me espanté… por eso amo el colecho… si estuviera sola en su habitación, yo no lo hubiera advertido hasta que hubiera sido demasiado tarde.
Pero la pregunta es… por qué me desperté asustada? Ya habría presentido lo que pasaría? Habrá sido mi instinto de mamá?
Sea lo que sea, eternamente agradecida por haber atendido a mi chiquita lo más pronto posible!
bendito colecho! y benditas mamás que tenemos ese «noseque» que nos hace saber cuando algo no esta del todo bien. Besos para ti y Maia
Las mamas estamos dotadas de malicia indigena, y sabemos cuando algo anda mal.
Menos mal pudiste bajarle rapido la fiebre, porque la tenia muy alta, y eso tiende a ser peligroso. Abrazos a las dos!
Si, esa fue mi desesperación!
Me da gusto saber que la nena ya esta mejor. El instinto de madre nos conecta de una manera impresionante con los niños, no sé como funcione pero se que existe.
Abrazo,
Susana
Es verdad, yo quedé muy sorprendida. Gracias por pasar.
Así mismo lo mejor del colecho que lo tienes a tu hijito cerquita tuyo. Y fue instinto Vivi, ya la sentiste enferma a Maia en sueños. Besos
Si, la verdad, no sé qué pensar!!!!!!