A pesar de los avances médicos, ser madre sigue siendo una experiencia de alto riesgo en muchas partes del mundo. Cada día, unas 800 mujeres mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría de estas muertes son prevenibles, pero factores como la desigualdad, la falta de acceso a atención médica y problemas estructurales perpetúan esta crisis.
Continúa leyendo para saber por qué se considera que -a pesar de los grandes avances- las etapas de embarazo y maternidad siguen siendo riesgosos.
Falta de acceso a atención médica
En muchas regiones, especialmente en países de bajos ingresos, las mujeres embarazadas enfrentan enormes barreras para recibir atención médica de calidad. La falta de hospitales, la escasez de personal capacitado y los costos elevados impiden que muchas reciban controles prenatales o asistencia durante el parto. En comunidades rurales, la distancia a centros de salud es otro obstáculo mortal.
Emergencias obstétricas sin respuesta
Complicaciones como hemorragias posparto, infecciones y eclampsia pueden convertirse en sentencias de muerte si no se tratan a tiempo. En países con sistemas de salud deficientes, la falta de suministros médicos básicos, como sangre para transfusiones o antibióticos, aumenta el riesgo.
Factores socioculturales
Las normas y creencias también influyen. En algunas culturas, las mujeres dependen de la decisión de sus esposos o familiares para buscar atención médica, lo que puede retrasar tratamientos críticos. Además, la falta de educación sexual y reproductiva contribuye a embarazos no planificados y riesgos adicionales, especialmente en adolescentes.
Violencia y desprotección
El embarazo no solo es un riesgo biológico, sino también social. Muchas mujeres embarazadas enfrentan violencia de pareja, lo que puede derivar en abortos espontáneos, complicaciones o incluso la muerte. Además, en zonas de conflicto, el acceso a hospitales es limitado, dejando a las madres en una situación de extrema vulnerabilidad.
¿Cómo se puede cambiar esta realidad?
Mejorar la atención materna requiere inversión en sistemas de salud, educación y derechos reproductivos. Políticas que garanticen atención prenatal gratuita y acceso a anticonceptivos pueden reducir drásticamente las muertes. También es esencial que los gobiernos y las comunidades trabajen para erradicar la violencia de género y las barreras socioculturales que ponen en peligro la vida de las madres.
Ninguna mujer debería morir por dar vida. Embarazo y maternidad deberían ser una elección segura y acompañada de cuidados médicos adecuados, sin importar el lugar de nacimiento.
Leave a comment