El apego nunca es malo

Cansada de leer tanto sobre desapego y maltrato (una nalgada, cacheta, jalar del cabello no es grave) quiero compartirles algo que me pasó cuando Sofi tenía poco más de 3 meses de vida, allá por 2005.

Ya vivíamos en Cancún y tratábamos de adaptarnos al tremendo calor que nos parecía vivir… yo tenía un par de días muy apegada a Sofi: la besaba, la abrazaba, la terminaba de bañar, le ponía su pañalito y la dormía junto a mi. Yo leía y la miraba, leía y le daba unos besitos, leía y le tomaba su manito con mis dedos… plenamente enamorada de mi hija, es una sensación maravillosa cuando se siente por primera vez !!

Y un maldito día, voy leyendo en un foro a una mamá que contaba que su bebé tenía pocos días de fallecido. A modo de desahogo, nos contaba los últimos días compartidos, que ella ahora se daba cuenta el porque estaba tan apegada a su bebé, que habían sido días de mucha unión, como si su cuerpo supiera el trágico desenlace.

Se me heló la sangre. Me di vuelta a mirar a Sofi, que dormía en la cuna. Será que… ? me pregunté y los ojos se me llenaron de lágrimas.

A partir de ese momento, no cargué en brazos a Sofi más que para consolarla si lloraba (cosa que no hacía mucho, era una santita). No la acosté en mi cama e intentaba no apegarme, para no atraer la mala suerte.

Idiota yo.

Igual, el desapego no me duró más de 2 días.

Una mañana me dije que si algo iba a pasar, yo me iba a reprochar ese tiempo separadas, sin abrazos mimos y besos.

Y así fue como la huelga de apego fue levantada, al mismo tiempo que levantaba a una bebé dormida de su cuna y la despertaba a puro beso.

El apego nunca es malo. El desapego si.

Ningún hombre que está en la cárcel es por exceso de amor (no confundir malcriar con exceso de amor). Ningún ladrón tuvo exceso de amor de pequeño, de niño, de adolescente.

Abracen a sus hijos, a sus parejas, digan claramente cuanto los aman y si hay que corregirlos en algún momento, que la otra parte sepa que lo hacen con amor y díganselo todo el tiempo. Son cosas que no se tienen que dar por hechas: se tienen que saber fehacientemente.

Con amor crecemos, con desapego nos marchitamos.