Criando niñas agradecidas #MartesdeMaternidad

Entre mis metas como madre, figura como una de las principales, educar niñas agradecidas. Y no solamente que a cada acción digan «gracias» si no, niñas que en su interior, agradezcan lo que tienen y no que se conformen con que «es natural» o «es normal» tener tal o cual cosa.

Criar una personita que sea agradecida, creo que es también criar a una personita optimista, con valores, que pueda decir «que suerte que tengo esto, mucha gente no puede». Y no solo les hablo de lo vanamente material como un XBox o un iPad… que vean que tienen dos padres que hacen todo y más por ellas, que se preocupan no solo en lo que se llevan a la boca o como visten. Si no, que también nos preocupamos por sus sentimientos, las incluimos en nuestras decisiones, pedimos sus opiniones, etc.

Sofi tiene mañanas en la que su optimismo escolar esta 20° bajo cero. Mientras la ayudo a prepararse, le pido que tenga en cuenta que hay miles de niños que ese mismo día, que dejarán de asistir a la escuela para salir a trabajar, a ganar unas cuantas monedas para dárselas a sus padres. Sé que suena de lo más pesimista pero es el mundo que tenemos actualmente.

Poco a poco, Sofi olvida su malestar y cuestiona si esos niños podrán algún día volver a clases, si sus papás se enojan si no llevan monedas a la casa y qué tanto pueden vender, si son pobres para comprar algo que luego puedan vender.

Esto nos da tema de conversación mientras caminamos a la escuela y sus sentimientos se aclaran para cuando llegamos al colegio.

Tampoco quiero privarla de mostrar sus sentimientos: No quiero ir a la escuela, por qué tengo que ir, quiero quedarme durmiendo en mi casa porque es sano que se exprese. Lo que no es sano quedarse con ese malestar durante todo el día y no ver qué es lo que pasa a su alrededor.

Otras veces, prefiero «darle» por el lado del ego. En donde comienza con alguna queja, la evado: «Hoy tienes matemáticas apenas llegues al salón. Que bien que te fue en el último examen, un 9 es una nota espectacular, espero puedas seguir así. Ahora que empiecen las multiplicaciones, vamos a estudiar juntas y te voy a enseñar algunos trucos…»

Entonces, su cara cambia, me da las gracias por la futura ayuda y se va con otra actitud a la escuela.

Y esto, solo con Sofía, porque Maia aún es muy pequeña para entender cabalmente lo que es la gratitud aunque… bueno, ella agradece cuando le das algo o la ayudas con algo, con un beso. Creo que si está aprendiendo algo, no?

Ser madre (o padre!) es una tarea a tiempo completo. Si, porque aunque estés en un trabajo de 12 hrs diarias, tu mente siempre está con ellos. O no?

Por último, recuerden que para criar hijos agradecidos, no hay nada mejor que el ejemplo: si vivimos enojados y quejándonos por todo («mira cuanto auto, mira cuanta gente en el Banco, mira que precios, que locura!») nuestros hijos tomarán nota y nos imitarán. Para mal.

Sobre qué cosas le enseñas a tus hijos a ser agradecidos?