De todas las cartas de «despedida» que he publicado en este Especial, esta, es lo que más me enternece.
Lo he contado en otras ocasiones: En mi natal Argentina, no esperábamos a Santa Claus. Ni a Papá Noel. Nosotros, esperábamos a los Reyes Magos. La ilusión de cada 6 de enero era esperada todo el año y, como desde muy pequeña me llevaban a misa, y yo escuchaba en la misa que hablaban de los Santos Reyes, pues para mi era más que obvio que existían.
Y por eso, me gustaría que los peques tuvieran un cierre con los Reyes Magos mucho más bonito del que yo tuve. Que mejor no les cuento, porque prefiero hablar de cosas alegres.
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Cuando se trata de la creencia en los Reyes Magos, es común que los niños dejen de creer alrededor de los 8 o 9 años. Este hecho marca una transición en su desarrollo cognitivo y emocional. A medida que los niños crecen, comienzan a cuestionar la existencia de personajes mágicos como los Reyes Magos.
La creencia en los Reyes Magos es parte de una tradición cultural arraigada en muchos países, especialmente durante la celebración de la Epifanía o Día de Reyes. Los niños esperan con emoción la llegada de los Reyes Magos durante la noche del 5 al 6 de enero, dejando zapatos o calcetines para recibir regalos.
Sin embargo, a medida que los niños adquieren más conocimientos sobre el mundo y se vuelven más racionales, comienzan a cuestionar cómo es posible que tres hombres puedan visitar a todos los niños del mundo en una sola noche. También pueden notar similitudes entre los regalos de los Reyes Magos y los regalos que reciben de sus padres o familiares.
En este punto, los niños pueden comenzar a hacer preguntas a sus padres, hermanos mayores u otros adultos de confianza sobre la existencia real de los Reyes Magos. Los padres generalmente deciden revelar la verdad cuando sienten que sus hijos están listos para enfrentarla.
Aunque dejar de creer en los Reyes Magos puede ser un paso hacia la pérdida de inocencia, también marca el comienzo de una nueva etapa en el crecimiento y desarrollo de los niños. A medida que descubren la verdad detrás de esta tradición, también pueden comenzar a participar en la diversión de mantener viva la ilusión para otros niños más pequeños.
En resumen, los niños suelen dejar de creer en los Reyes Magos alrededor de los 8 o 9 años, a medida que desarrollan su pensamiento crítico y cuestionan la lógica detrás de esta creencia. Es un hito en su crecimiento y una oportunidad para que los padres les ayuden a comprender la importancia de las tradiciones y la magia en nuestras vidas.
Espero que esta carta de despedida de Reyes Magos les sea de utilidad. Y, si la imprimen, me etiquetan en redes!
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