En la vida de los Mayas hay ritos de paso altamente significativos que siguen los individuos en los momentos cruciales de su vida.
En la infancia se lleva a cabo la ceremonia del Hetzmek, rito de iniciación a las actividades y responsabilidades del individuo de acuerdo a su sexo. El objetivo es introducir a los niños a su nueva forma de vida para preparalos a ser buenos hombres y mujeres de trabajo.
Esta ceremonia se realiza en los varones a los 4 meses de edad porque el número cuatro representa al hombre, pues cuatro son las esquinas del la milpa, cuatro los puntos cardinales y cuatro las estaciones.
En las niñas se realiza a los tres meses de edad pues tres son las piedras que sostienen el comal y tres son las patas de la banqueta que se utiliza en la elaboración de las tortillas.
En la ceremonia se abraza al niño o niña a horcajadas en la cadera. La ceremonia se inicia preparando un altar en el centro de la casa con la Santa Cruz y donde se coloca pinole (maíz molido tostado, para que aflore en ella o él su pensamiento y sus energías), pepita gruesa (para hacer brotar en ella o él su habla y su pensamiento), huevo(hervido, para abrir en ella o él su inteligencia y sabiduría), maíz (nueve granos, para llevar la contabilidad de las nueve vueltas). Así como una jícara, un plato, cuadernos, lápices, sabucán, coa, calabazo y otros artículos relacionados.
La madrina o padrino, abraza la niña o el niño a horcajadas sobre la cadera, dando las nueve vueltas a la derecha utilizando los granos de maíz, en el curso de los giros son puestos los elementos sagrados en la boca del infante, invocando el porque de cada elemento. Por ejemplo a las niñas se les da unas tijeras como símbolo de que podrá ser buena costurera o un lapiz y un cuaderno para que sea buena estudiante, al niño se le da un machete como símbolo de que será buen trabajador o un rifle para que sea buen cazador. Al concluir las vueltas, la madrina o el padrino según el caso lo harán en sentido contrario para luego entregar a la ahijada o ahijado a los padres.
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Y esto fue lo que recibió Maia el sábado pasado. Cargó (con la ayuda de los padrinos) una libreta y un lápiz para que sea buena estudiante. Y en la mesa, tuvo un instrumento para hacer tortillas (para que sepa cocinar) y la laptop del papá (para que se acerque a lo tecnológico)
¿Por qué? Porque con esas creencias se ha criado su papá y son las de su pueblo. Y me gusta el beneficio que tendrán ambas niñas de crecer con esas 2 culturas.
Que bonita tradición! y que bonito que traten de mantenerla! Felicidades a Maia por sus 3 meses, está preciosa!!!
Están hermosas las fotitos.. y la tradicion me parece interesante.. Felicidades
muchas gracias, y eso queremos, conservar las tradiciones…