Prácticamente, estamos llegando a completar el primer mes de clases. A estas alturas, ya sabrás lo que opina tu peque de su maestra.

Con Sofía solo tuve que acompañarla cuando empezó 2do. de primaria. Fue su cambio de escuela y venía de tener una maestra bastante apática y encontrar con alguien que gritaba (si, no era su «voz fuerte», su maestra GRITABA) la apanicó bastante.

Y si a esto le sumamos a que las criaturas no tienen zonas grises: o aman y adoran a su maestra o solo pueden sentir rechazo hacia esa persona. Y tras que sienten rechazo, la maestra grita y tiene malos modos, bueno, receta para el desastre!

Que hacer si a tu peque no le gusta su maestra

Tu peque debe entender por completo que su maestra no está ahí para ser su amiga. Está para enseñar, pero que bajo ningún punto de vista puede faltarle el respeto.

A Sofía la sobresaltaban con gritos. Al ser de segundo grado, con 7 años cumplidos, se lo pude explicar de esta manera cruel, pero real y que a ella le sirvió muchísimo:

«Sofía, las personas que gritan son persona equivocadas y frustradas. Tu maestra ya no quiere enseñar, está cansada de ver tantos niños y eso la pone nerviosa. Pero lo peor de todo es que no puede dejar de ser maestra, porque ya no puede conseguir otro trabajo. Eso la enoja, la pone triste y por eso grita. Tu, como si oyeras llover. Cada vez que la veas gritar, mírala y entiende que ella no quiere gritar, pero está muy triste en realidad».

Bastó con decírselo y su carita se iluminó, como cada vez que aprendía algo. Hasta tuvo su momento de «piedad»:

«Mamá, pobre maestra, no?»

Sofía, siempre tan empática.

Como nota de color, al año siguiente, esa maestra solo estuvo las primeras semanas de clases y se jubiló. Siempre que la recordamos, deseamos que esté haciendo algo que la haga feliz.

Ponerse en los zapatos de la maestra

De todas maneras, debes enseñarle a tu hijo que es posible que la maestra eleve la voz más de una vez: el salón de clases es grande, serán muchos niños y así harán silencio y prestarán atención. Eso no la convierte en mala, aprovecha a enseñarle que guarde silencio cuando la maestra entre al salón, así es más probable que no deba levantar el tono de voz.

Es solo el principio

Las maestras tienden a ser más estrictas al inicio del año escolar, para sentar un precedente con los alumnos y que no se pasen de confianzudos. Una maestra de Sofía comenzó así, pero terminamos por amarla. Y la extrañamos!!! (Oh si, yo también la extraño)

Realmente no le gusta?

Nunca hay que minimizar la molestia de un hijo. Pero su «la maestra no me gusta» puede ser en realidad un «no me gusta estar lejos de ti». En estos casos, ayudarle a «proyectar» es lo más útil: «Ahora vamos a la escuela, trabaja, presta atención y a la salida te estaré esperando para regresar a casa y quiero que me cuentes TODO lo que hiciste, no me quiero perder ni un detalle».

También le ayudará saber que tu te sentías igual con tu maestra cuando hacías ese grado de la primaria, pero que aprendiste mucho y llegaste a tenerle aprecio. Oh si, una mentira piadosa es aceptable.

No lo comentes con otras madres

Los sentimientos de tu peque hacia su maestra son personales y no son tema de conversación con otras madres. Eso siempre termina en malos entendidos. Solo limítate a escuchar si sus hijos tienen sentimientos parecidos al de tu hijo para con su maestra. Si de 10 niños, 9 se están quejando, es probable que el inconveniente no esté del lado del alumnado.

Hablar con la maestra

Si piensas en esta opción, acércate y háblalo con tranquilidad. Dile que crees que tu peque no está cumpliendo con algo, porque el dice sentirse regañado todo el tiempo. De manera casual, justifica que tu peque se sobresalte porque «en casa no necesitamos gritarle, pero bueno, no tenemos 30 hijos más». Suaviza el terreno para que la maestra tampoco se sienta atacada. Pídele que te sugiera alguna manera de alentar a tu peque para querer seguir asistiendo a clases.

Si la maestra no muestra el más mínimo interés, habla con tu peque de la manera en que yo hablé con Sofía. Y a esperar que el año pase lo más rápido posible 🙁

Hablar con los directivos: Último recurso

Si no obtuviste respuesta de la maestra y ella es claramente el problema, solicita hablar con algún directivo. Expresa tu preocupación por tu hijo, quien es señalado y esto le causa angustia y sufrimiento.

Si la queja es generalizada, un grupo de padres puede presentarse ante los directivos y pedir una solución. Llegados a este punto, es habitual que el problema se diluya.

El respeto dentro de un salón de clases debe ser en ambos sentidos: de los maestros hacia los alumnos y viceversa. Eso garantiza un sano ambiente de aprendizaje y ambas partes salen ganando.

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