Por mucho que intento recordar, mi mochila en mis años de Primaria no está tan pesada como la que debe cargar cada día Maia. En la Secundaria, los libros aumentaron y aumentó el peso, aunque estoy segura de que tampoco la llevaba tan pesada como la que Sofía lleva hoy en día.
Dolor de espalda, cuello y hombros. Eso provocan las mochilas en nuestros hijos, si están extremadamente pesadas. Y siento que a medida que pasa el tiempo, cada vez tienen que cargar con más libros y libretas.
A estas alturas, ya puedes estar pensando que es mejor una mochila con rueditas. Pues no. Lo que hace una mochila con rueditas es lateralizar el problema porque el peso se lleva de manera lateral, haciendo que un sólo lado del cuerpo jale con todo el peso.
El peso en la espalda no deformará la columna de tu peque, pero si puede causarle dolo muscular. Hay varios tips a tener en cuenta para que ese dolor sea el mínimo posible. Y te los enlisto a continuación:
Que la mochila no lastime en este #RegresoaClases: Consideraciones especiales
– Usar ambas correas. Un error habitual (incluso en adultos) es cargar todo el peso en un solo hombro. No se debe hacer nunca. Usar ambas correas distribuye correctamente el peso de la mochila. Las correas deben ser anchas, acolchadas y ajustables. Hablaremos de esto último más adelante.
– La mochila no debería cargarse durante más de 15 minutos.
– El peso que cargue tu hijo en su mochila no debería de superar el 10% de su peso corporal.
– Si la mochila está definitivamente pesada, debe ser cargada flexionando las rodillas, para evitar una lesión.
– Usar las correas ajustables para lograr que la mochila quede por encima de la zona lumbar. Así se asegurarán de no sobrecargar esa parte de la espalda.
– Distribuir el peso: Los libros más gruesos o pesados deben estar pegados a la espalda de tu peque, dejando los más livianos del lado opuesto.
Imagen | Pupil with schoolbag with yellow school bus por Maria Sbytova
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