En estas vacaciones mis hijas rieron, jugaron, armaron rompecabezas, discutieron y se acusaron mutuamente. Armaron una casita con sábanas y almohadones, pelearon bajo ella, gritaron, se revolcaron muriendo de la risa y jugaron a «la mamá y la nena».
Y creo que solamente les estoy contando 2 días de vacaciones.
Y tanto ruido, escándalo, risitas, canciones y más, me faltan desde que ambas comenzaron sus respectivas clases. Las extraño mucho y varias veces por la mañana me tengo que recordar que así deben ser las cosas, y que están haciendo algo que necesitan hacer.
Sofía comenzó 4to de primaria y está fascinada con su nuevo salón y sus comodidades. Se sentía nerviosa por no recordar todo lo que aprendió en 3ro pero la maestra empezó con el pie derecho y los niños ya están más grandes y entienden sus responsabilidades.
Y Maia… que les contaré de Maia…
De haber pasado estos 3 años y 10 meses en casa con mamá haciendo -básicamente- lo que quería, se encontró 6 horas en un kinder. Kinder 2. Nice, misses amables, divinas y simpáticas… pero sin adaptación y teniendo que trabajar en equipo. Tiene días en que entra caminando decidida y días que llora (como hoy y ayer), rompiéndonos el corazón en 34 mil cachitos.
Si, claro, nos vamos y se tranquiliza, integre y trabaja, pero quién nos calma a los padres ?
Ella, fascinada por los «niños» y las casitas de Little Tikes que tiene en el patio.
Y yo, tengo varias horas libres y un buen rato luego de Sofía llegar a casa para que descansemos antes de que llegue Maia. Y me siento sola.
Dicen que son las primeras semanas y que luego andaré cantando y bailando por la casa… pero no me veo haciendo eso.
Eso sí, aprovechare ese tiempo a solas para hacer las cosas que tengo pendientes, como limpiezas profundas de los pisos y adelantar trabajo pendientes con los blogs. Y proyectos que andan dando vueltas por ahí.
Y a eso me voy a dedicar. Espero me cuenten como estuvo su propio regreso a clases.
ajajajajja ay mujer, no tienes cura… igual que una iglesia abandonada ajjajaajjaja