Con bastante horror leo un email que me envió una mamá comentándome la «tradición» de su familia política: en Pascuas le regalan a los niños un conejo y un par de pollitos. Los peques los alimentan durante todo el año, les ponen nombres, se toman fotos con ellos y… el 24 de diciembre, desaparecen.
Y aparecen en la cena de Nochebuena.
Claro, nadie le dice a los peques que ahí están, comiéndose sus adoradas mascotas.
Esta mamá odia esa «tradición» y más aún desde el pasado 24 de diciembre, que su hijo de 5 años le planteó un contundente Pero mamá, siempre se van a escapar para Navidad?.
Ella ya habló del tema con su marido y éste le restó importancia, diciendo que no pasa nada y que no es tan grave.
La verdad, comer animales no es algo que me preocupe.. pero en este caso, ilusionar a las criaturas con unas mascotas que aman y ayudan a cuidar.. para que se conviertan en la cena de Navidad ? Uhm…
Los únicos conejos y pollitos que tus hijos deben recibir en estas Pascuas, deben ser de chocolate o de peluche. Tus criaturas no son tontas y al igual que ese peque, están a un par de pasos de enterarse de todo… y para qué?
Quizás, si hay tanta necesidad de tener esos animalitos para engorde durante el año, deberían llevarlos a la casa y no darlos como regalo, si no, como animales de granja, sin más.
Qué opinan ustedes? Que harían en lugar de esta mamá?
Eso me parece una crueldad. Que clase de papas se prestan para comerse la mascotica de sus hijos. Esas personas no tienen coraazon.
Esta muy loco!!!