Dejar las vacaciones atrás, no es fácil, ni para niños ni para adultos. Algunos niños estarán felices de regresar a clases y ver a sus amigos, o por empezar una nueva etapa. Otros, sentirán ansiedad y en algunos casos será una franca desesperación, por no querer dejar la tranquilidad de la casa y la despreocupación de la vida vacacional. La ansiedad por separación es parte de su crecimiento y desarrollo emocional y es nuestro deber como padres velar porque este desarrollo sea equilibrado y sano.
Ante todo, no hay que desesperarse. Porque hay niños que se abrazan ansiosos a las piernas de mamá pero terminar por entrar a clases… pero otros pueden gritar, tirarse al piso y manifestarse de tal manera que TODO el plantel educativo los escuche.
Es necesario ponernos en su lugar y recordar que separarse de algo o de alguien a quien queremos no es fácil. Y si a esto le sumamos el hecho de no tener las suficientes herramientas emocionales para manejar la situación, el niño se encontrará dominado por sentimientos que pueden afianzarse y perjudicar su rendimiento escolar y sus relaciones sociales con sus compañeros.
Mostrarle a tu peque que tiene padres en los que puede confiar, a quienes acudir y poder desahogarse es el primer paso. Explicarle que es normal, aceptable y lógico que tenga dudas es un excelente inicio.
Como les contaba hace unos días de mi primer día de clases, nada de esto me ocurrió. Pero cuando Sofía comenzó el Kinder, estaba muy ansiosa porque no encontraba amiguitas que estuvieran con ella todo el santo día. Así que tuve que «reformar» un poco mi experiencia personal y decirle que yo pasé por lo mismo en mi Kinder, pero que me dedicaba a pasear por todo el colegio y yo era la única que sabía donde estaba el laboratorio, la cafetería, la biblioteca, etc. y que las amigas por fin llegaron y fueron grandes amigas por muchos años.
Le explicaba que mamá tenía ganas de llorar, su corazón se sentía triste y pensaba que todas tenían amigas menos yo. Y su carita se iluminaba al descubrir que mamá sabía exactamente como se sentía. Esto le daba ánimos y paulatinamente fue superando esa ansiedad que la dominaba. Y le encantaba saber que su mamá había pasado por lo mismo y que lo había solucionado.
Tips para superar la ansiedad por separación
1- Asegurarle que siempre regresarás
Puede parecer algo obvio, pero los más pequeños necesitan esa seguridad. «Mira, te quedas aquí, trabajas, desayunas, trabajas, comes y sales al recreo, trabajas un poco más y ya llega mamá a buscarte». Así le describía su día a Maia cuando empezó el Kinder. Los días más complicados le prometía: «te quedas, vengo por ti y vamos a comprar algo rico para el postre».
Con Sofía es más simple porque es grande, pero cada mañana le sigo recordando: «Nos vemos 11:30«.
Apenas tu peque aprenda la hora y si su colegio lo permite, dale un reloj de agujas para que sepa cuanto falta para que terminen las clases. Y debes hacer todo lo posible para llegar a horario y no aumentar la ansiedad. Esto, los primeros días, hasta que le veas perfectamente adaptado.
Los niños realmente se angustian si ven que todos sus compañeros comienzan a irse y ellos van quedando solos. A un compañerito de Sofi, de 5 años (sabiendo que su mamá iba en camioneta por él) le tuve que mentir diciendo que estaban cortadas las calles y que a su mamá se le estaría complicando llegar, y por eso la demora… a duras penas lo convencí y se tranquilizó.. porque hasta temblaba, pobre chiquillo. Me partió el alma.
2- Conviértete en su coach personal
Hay niños que necesitan que se les repita permanentemente que todo está bien, hasta que terminan comprobando que así es. Frases como «tu puedes hacerlo, porque eres muy inteligente», «todo estará bien y lo disfrutarás mucho», «ahora te parece feo pero en unos pocos días, te sentirás feliz de venir a la escuela».
Debes observarle atentamente para ver en qué momento empieza su ansiedad. Si es antes de salir, si es en el trayecto o si es en la mismísima puerta del colegio. Apenas veas asomar el recelo, debes expresarle esas frases de confianza y siempre, siempre decirle lo orgullo que te siente de verle hacer su mejor esfuerzo.
3- No evites el tema
A veces pensamos que si evitamos tal o cual tema les ahorramos la angustia, pero no es así. Verbalizando sus miedos, los peques pueden poner en perspectiva el sentimiento negativo. «Yo sé que no te hablan, pero tu debes ir primero y saludarles. Así esos saben que tu eres amable y pueden convertirse en buenos amigos».
Habitualmente, con el paso de las semanas, los niños se adaptan y tienen una mejor predisposición. Si notas que ese no es el caso de tu peque y la ansiedad persiste, platica con sus maestras para que te asesoren y te den más ideas para sobrellevar estos primeros días.
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