A principios del mes de marzo, nos regalamos una visita dominguera al Museo Maya de Cancún que tenía poco tiempo de inaugurado y aún no conocíamos.
Los domingos es de acceso libre y gratuito para los locales y habitantes de nuestro Estado (Quintana Roo). Luego de recorrer una rampa en forma de caracol, accedes al Museo.
Es amplio, con muchas reliquias y objetos de la vida cotidiana de los antiguos habitantes del mundo maya. Incluso, hay sectores con hologramas que son -francamente- sorprendentes.
Sofi se paró ate el respaldo de uno de los altares y se preguntó cuanto pesaría.
Junto al predio del Museo Maya, está la entrada (incluida en el boleto) a la zona arqueológica de San Miguelito. Son unos 15 minutos de caminata a paso de niño, para llegar al templo con escalinatas, rodearlo, y regresar al punto de partida.
Amo que mis hijas puedan conocer estos lugares! A Sofi se le ocurren las preguntas más inverosímiles y me toca investigar para poder satisfacerla.
Y llegó la hora de irnos. Aún no era mediodía pero ya habíamos disfrutado de un excelente -y cultural- paseo. Y les tomamos la última foto:
Al leer la publicación es claro darse cuenta del respeto que le tiene a los museos y a toda su cultura que este le ínsita.
Yo tengo adoración por los museos y zonas arqueológicas!