Luisito tiene cinco años, seis hermanos y una casa de palo en la que todos viven. Cuando escucha hablar de Santa Claus la carita se le ilumina, aunque después baja la mirada y recuerda que aunque se ha portado bien los últimos cinco años Santa no se ha acordado de él.
«Seguro es porque está bien difícil para llegar a mi casa, las calles no tienen números y además todas las casas están igualitas de puros palos, a lo mejor se equivoca. Pero yo de que me porto bien, me porto bien, además saco 10 y 8 en la escuela, yo digo que se equivoca de casa», comentó entre triste y emocionado el pequeño, quien dijo este año ha sido muy bueno con sus hermanitos, por lo que espera Santa le lleve una bicicleta para ir a la escuela.
Aunque Luisito, a su corta edad está consiente de una cosa, siete niños son demasiados, incluso para Santa Claus, «si Santa a mi me trae una bicicleta luego tiene que traerle a mis hermanitos y se va a quedar pobrecito como yo».
Su mamá limpia casas y su papá es policía, por lo que Luisito y sus seis hermanos no tienen mucha esperanza de recibir una bicicleta cada uno, ni siquiera tienen esperanza de recibir algo, no ha sucedido en los años anteriores y parece que este no será la excepción.
Claro que a pesar de todo Luisito recuerda: «en Navidad cenamos tamales y todos jugamos, a veces hasta nos dan bolsas con muchos dulces».
Y todas, recuerden:
Acérquense a donar un juguete, una sonrisa, una ilusión. Regala a un niño el mejor recuerdo de su infancia.
Desde | Novedades de Quintana Roo
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