A principios de agosto, cuando fuimos al pueblo a visitar al abuelito de mi esposo, muy grave por enésima vez, nos alojamos 3 días en la ciudad de Valladolid, como solemos acostumbrar.
Valladolid tiene muchos negocios que venden artículos importados, entre ellos, juguetes.
Salimos solitas Sofia y yo, hasta que nos detuvimos en una de estas «jugueterías». Me preguntó si le compraba alguno y le dije que sí. Ella eligió un juego de doctora.
Ya en el hotel, desarmamos el juego y me encuentro con la «cartilla» del paciente.
Si, me dieron ganas de llorar… pero lo único que le dije es que esa palabra estaba mal escrita. Por supuesto, a Sofía no le preocupó mucho el tema…
Juro que cuando lo vi no se sabía si llorar y mandarlos a estudiar nuevamente a estos animales. Esta visto que para muchos fabricantes de juguetes los niños son $$$$$$$ y nada más que eso.
yo pense lo contrario nancy: le pagan tan poco al empleado (algun chino perdido en una balsa en el Indico) q le vale gorro «copiar» bien lo que ya le escribieron…
ah por favor, gente bruta !
demasiado bruta, para mi gusto…
Jajjajaa! patetico!!!
ni mas ni menos!!! que querias por menos de 3 dolares!!!
jjajajaja!
O.o
ajajaj exacto Normys, asi quedé yo
Pero no puedo creer que ni el impresor no se diera cuenta!
Nadie tuvo ganas de darse cuenta: son juguetes en serie, imprimen sin mirar, empaquetan sin mirar, y las tiendas las compran sin mirar. Patetico.
Y claro, ni a quien quejarse, cierto ? :@
no, claro, a nadie! 🙁