Antes que nada, este título y este post se refiere a mi familia en particular. Las vivencias ajenas son distintas y no son el centro de este post.
19 de marzo de 2020. Último día de clases «normales» para mis hijas. Luego, comenzaría lo que todos sabemos y no hay necesidad de repetir: Encierro, un puente de 3/4 días que se convierte en año y medio y pandemia mundial.
Para nosotros, el balance al día de hoy es: Ganamos.
2 días antes de ese 19 de marzo, Leo fue enviado a trabajar desde casa, y aquí sigue 21 meses después.
Las niñas aman tenerlo en casa y tenerlo en la mesa en todas las comidas que hacemos. Especialmente Maia, siempre dice que le gusta que su papá trabaje desde casa. Sinceramente, me cuesta pensar en la vida que hacíamos con él todo el día fuera de casa.
Hemos mejorado en parte nuestros hábitos alimenticios y hemos hecho mucha comida casera, cosa que le chifla a Maia. Ella quiere ser chef y tener su propio restaurante.
Hemos perdido 2 bisabuelos de las niñas, pero murieron por su avanzada edad, no relacionado con este virus. Se los extrañará siempre.
Sí, Sofía no tuvo graduación de Secundaria y le hicimos una sesión de fotos con extremas precauciones. Así empezó su Preparatoria y aquí sigue, ya en tercer semestre de su preparatoria. Ya sabemos que en enero, su institución prevé que todos regresen en días alternos.
Maia terminó el último trimestre de cuarto grado e hizo todo su quinto grado online. Y aquí sigue su sexto grado. Veremos si regresa a mediados de enero a clases.
Por momentos se sienten encerradas y ambas han salido de casa para temas puntuales y así como han salido, volvieron de inmediato.
No pudimos tampoco festejar con una gran fiesta la Comunión y la Confirmación de Maia, pero lo hicimos en familia, con nuestra burbuja que incluye a la abuela y a la tía. Y ya.
No hemos perdido. Sí, quizás algo de privacidad e independencia, pero básicamente, ganamos. Ganamos por mucho. Ganamos unión, cercanía, conocernos de otra manera.
Ver como Sofía siguió siendo responsable de sus estudios, aún a la distancia. Maia floreció de una manera preciosa y no sé si ella o yo fuimos las que más aprendimos en esta época de encierro o de salidas muy limitadas.
Hace un año atrás, Leo cambió de trabajo a uno exponencialmente mejor. Él se siente motivado y su inglés también ha mejorado gracias a tener compañeros angloparlantes.
Ambos nos pudimos vacunar y exactamente hoy, le tocó su primera dosis a Sofía. No lloró. Es que ya no tengo una niña pequeña :'( Se nos hace increíble! Y este año Maia cumple 12, será que conseguiremos vacunarla en algún momento?
Todos, nosotros, ustedes, el mundo, vamos a necesitar una limpieza mental luego de que esto se encamine. Será válido asistir a terapia, aprender un oficio o empezar un nuevo deporte. Tenemos que salir de esta situación con alguna ganancia. De ser posible, que no sea ganancia de peso XD
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