No pudiste nacer, pero siempre vivirás en mi corazón

La experiencia no es propia, pero espero te ayude si estás atravesando una pérdida así

Pasó lo que tanto temía y quería alejar de mi mente: Dijeron que no había latidos de corazón. Dijeron que te fuiste, quizás hace días y yo no lo supe. Dijeron que moriste dentro de mí, en el lugar que -se supone- era el más seguro para ti. Y puede ser que mi cuerpo ya no contenga el tuyo, que hayan sido pocas semanas, pero siempre vivirás en mi corazón.

Vendrán tiempos difíciles. Gente que se aparte, porque no quiera o no pueda entender mi dolor. Gente bienintencionada, pero diciendo las peores frases, pensando que me dan consuelo. Me pedirán que lo supere, que avance, que me ponga otros objetivos.

Ellos qué saben!

Me quedan para mi la felicidad de estos días compartidos juntos. O juntas, no sé. Pensarme con un vientre tremendo, pensar en el parto, pensar en tu ropita. Ahora duele mucho, algún día sonreiré pensando en que me cuidas, en que te ayude a transcender hacia algo aún más importante que este loco mundo.

Alguna vez leí, que cuando una vida se pierde antes del nacimiento, eran almas atormentadas que se fueron antes de tiempo de la Tierra. Y que para alcanzar la paz, tenía que venir a cumplir el tiempo que les faltaba en este mundo. Lamento que tu tiempo fuera tan breve, pero agradezco haberte ayudado.

Ahora, te pido que tu me ayudes a mi. Que me acompañes mientras me siento sola, que me ayudes a secar mis lágrimas, que me orientes a ese futuro en donde siempre, siempre te tendré presente. Porque fuiste mi primer bebé, y aunque Dios me concediera 20 embarazos y 20 bebés, tu siempre tendrás el lugar más privilegiado en mi corazón.

Hágase la voluntad de… Dios, digamos.