Cuando tenía a Sofía de pocas semanas, la miraba y me decía «nunca voy a poder amar a nadie así». Y hablaba con mamás que tenían 2 ó 3 hijos y les preguntaba como podían amarlos a todos por igual. Y me decían que obviamente se podía amar igual a 3, 4 ó 10 hijos.
Nunca podía entenderlas. Y mucho menos entenderlas cuando decidían tener con poco tiempo de diferencia «para que se críen juntos»: Sofía ocupaba todo mi tiempo que no era el del trabajo. Por eso pude documentar su crecimiento, novedades y ocurrencias en éste blog, nada ni nadie más ocupaba mi existencia.
Con el tiempo llegó F. alrededor del 4to. cumpleaños de Sofía. Y pasaron 5 años, 5 meses y 5 días hasta que llegó su hermana, Maia Guadalupe.
Y si, entendí que SI podía volver a amar de la misma manera y eso no implicaba restarle amor a Sofía.
Y toda esta introducción es para contarle lo que aprendí con mis hijas y su diferencia de edades. Si estás pensando en tener un segundo bebé, espero esta lista te ayude a decidir si esperar -o no!- para tener un segundo hijo:
Vivir un embarazo con un bebé o con un toddler/peque: No quiero pensar lo que es estar muerta de sueño y no poder dormirte porque un bebé o un toddler no puede quedar a su merced. Cuando me embaracé, Sofía ya había empezado Kinder 2, tenía 4.8 meses y luego de darle de comer, encenderle la tele y dejarle su agua al alcance de la mano, le explicaba que mamá tenía sueño y que necesitaba dormir un poco. Ella sabía que yo estaba es la habitación y que podía entrar a llamarme si le pasaba algo. Que yo recuerde, nunca tuvo que despertarme. Y yo, dormía, descansaba y me levantaba bastante rejuvenecida para bañarla y merendar juntas y esperar la llegada de papá.
Su espacio propio: Lo dicho, Sofía estaba en Kinder cuando yo estaba embarazada, así que ella tenía algunas horas en el día en donde ese hermanito o hermanita no existía y nadie le preguntaba nada. Eso ayuda bastante a no sobresaturarlos con el tema y que se cansen o aparezcan los celos. Y yo descansaba un par de horas extras mientras ella no estaba en casa. De no haber estado en el kinder, hubiera tenido la situación que describí en el punto anterior.
Bebé en casa, hermana en el Kinder: Aunque muchas mañanas nos íbamos las 3 solas al Kinder, ya regresaba y tenía 2 horas para dedicarle a la bebé. Descansábamos un rato más hasta que fuera la hora de regresar por Sofía. Era mi momento a solas con la bebé. Y ambas lo disfrutábamos!
Mini nanny: Por supuesto que con 5 años y medio, Sofía no podía hacerse plenamente responsable de una bebé recién nacida. Pero si la podía dejar sentada en mi cama, junto a la cuna y poder bañarme o sentarme 5 minutos seguidos en el baño sin sentir que estaba descuidando a la bebé. Sofía se sentía muy adulta y responsable al quedar «a cargo».
Fuente inagotable de estímulo: Sofía regresaba del kinder y le detallaba a Maia lo que había aprendido. «A de Ala. Los pollitos tienen alas Maia, y hacen pío, pío, pío y otras explicaciones similares eran recibidas con algarabía por una Maia de 4/5 meses de edad.
Cada quien, su tiempo: Cuando los bebés se llevan 2 años o menos, es garantía de pasar 4 años seguidos cambiando pañales. Si el mayor apenas dejó los pañales y nació el bebé, es muy probable que tenga una regresión y vuelva a mojar la cama. Ayudar a 2 peques muy peques a dejar los pañales tiene que ser realmente agotador. Por suerte, ambas vivieron esta etapa a su momento y sé que pude estar al 100% con cada una de ellas.
Familia: Lo mejor que le pude dar a mis hijas es el hecho de tenerse una a la otra. Día a día trabajamos para que su vínculo crezca y se fortalezca. Y afronten el futuro juntas.
Faltará demasiado para el Síndrome del Nido vacío: Cuando Sofía comience su último año de Preparatoria (o sea, el año previo a comenzar la Universidad) Maia apenas estará empezando la Secundaria y tendré 6 años hasta que ella misma llegue a la Universidad. Y siento que disfrutaré inmensamente a mis hijas en sus diferentes etapas y cada quien tendrá su tiempo con mamá.
Y podría seguir escribiendo, pero temo ser confundida con un político en pleno acto proselitista. Pero siempre hay ventajas y desventajas en toda elección en la vida. Pero si tuviera que volver a vivir mi vida, elegiría que mis hijas se llevan esta cantidad de tiempo entre si.
Leave a comment