Ya estamos a nada de empezar un nuevo ciclo escolar y estamos pensando en las actividades extraescolares que las niñas comenzarán en septiembre, un par de semanas después del regreso a clases.
Sofía comenzó a finales de julio a participar de las actividades del Club Giro, en una parroquia cercana, donde asiste los días sábados. Fuera de esto, está indecisa en tomar un curso de taekwondo (de nuevo) o algo más relacionado con lo artístico como clases de danza, dibujo y pintura.
Maia ya lo decidió: ella quiere karate y quiere empezar ya mismo y aprender todo lo que le quieran enseñar. Dice que lo hará muy bien y la idea no me atrae demasiado, pero si a ella le gusta y es constante, quién soy para negárselo?
Eligiendo actividades extraescolares adecuadas
Lo primero a considerar, son las ganas del niño. Lo segundo, el tiempo con el que cuentan. Me ha tocado estar en la sala de espera del pediatra, con niños dormidos en el regazo de sus madres, porque los niños salieron a las 2 de la escuela, de 3 a 4 dibujo, de 4:30 a 5:30 danza y claro, a las 7 de la noche son costales de huesos en vez de niños. y lo único que terminamos por hacer es cansarlos y en vez de hacer que amen una actividad, terminan odiándola, porque contra el cansancio, nada ni nadie.
Las actividades deportivas les harán ganar confianza en si mismos y a través de los eventos deportivos, se fortalece el sentido de pertenencia a un grupo y el orgullo de ir alcanzando nuevos logros.
Otro tema a considerar es el horario de la actividad (no es enseguida de la comida? No llegaremos tarde a cenar?) y la distancia del hogar, algo crucial si no se cuenta con un automóvil en la familia.
Sus gustos o lo que le beneficia?
Encontrar el balance puede ser difícil: ¿les dejamos practicar el deporte que más les gusta o pensamos en su futuro y los llevamos a cursos de inglés o de un tercer idioma?
Lo que es seguro es que cuanto más se llene su agenda, la criatura se cansará más pronto y al no poder entregarse al 100% en cada una de esas actividades, sentirá que no es lo suficientemente bueno y en vez de ayudarle, comenzaremos a minar su autoestima.
Platica con tu peque que es lo que quiere. Si no hay un respaldo económico para hacer todas las actividades deseadas/esperadas, siempre hay que preponderar el deseo del peque: un deporte, danzas, pintura y/o dibujo.
Otras actividades extraescolares (y gratuitas!) suelen ser ofrecidas por los municipios o entidades como el DIF de cada Estado. Y son buenas opciones para testear si tu peque se engancha o no con tal o cual actividad.
Y finalmente, no olvidemos nunca que los niños tienen que disfrutar su infancia y que ninguna actividad extraescolar es lo suficientemente buena si le provoca angustia o incomodidad a tu peque. La mejor actividad extraescolar será aquella que lo motive, estimule, lo ayude a aprender cosas nuevas y -principalmente- que lo divierta y apasione.
Leave a comment