Ya va siendo el último tramo de preparativos para la Primera Comunión de Sofía. Ella hizo y sigue haciendo mucho trabajo en la iglesia, estas 2 semanas ha sido un caos para que cumpla su curso intensivo de PrimeraComunión cada día de 3 a 4 de la tarde, y yo me he dedicado a preparar el evento religioso y el festivo-familiar.
El sábado será la ceremonia y el domingo el convivio, rentamos un salón de fiestas (el mismo que rentamos para la Presentación de Maia) porque está a dos pasos de casa, es amplio… y nos vamos sin limpiar nada, cosa que nos veríamos obligados a hacer si recibieramos a la gente en nuestra casa.
Y eso me tiene un poco más que alejada del blog. Tengo varios posts a punto de publicar, pero no me hago de tiempo para darle el último check… me frustra, pero también se que el blog aquí estará y que en 10 días estaré blogueando como siempre.
Ahora me toca seguir sumergida entre organza y tul, servilleteros y centros de mesa, blanco y amarillo. A esto se resume mi maternidad en estos días y -la verdad- estoy muy satisfecha por esto.
Así que espero me sepan entender, y sigan al pendiente, estoy un poco más activa en Facebook y en Twitter.
Nos leemos pronto!
Sabes que cuando mi hija hizo su primera comunión, mi esposo acababa de perder el trabajo. Fuimos a la ceremonia, pero no hicimos fiesta, sólo una pequeña comida en casa. Pero igual fue muy especial, ya hace dos años de eso, acá se me hizo raro que los niños pudieran hacer su primera comunión a los 7 años, pero así fue. Y la confirmación será hasta que tenga 12.
Ojalá que todo salga bien!
Saludos!
Claro, lo importante es la ceremonia, lo que viene después, solo es un «extra» y así lo sabe Sofía.
Gracias por los buenos deseos.