Todos los años, en la tierra se producen fenómenos astronómicos que marcan los cambios de las estaciones del año en ambos hemisferios, a excepción de los polos. A estos sucesos se les conoce como equinoccio y solsticio.
Ambos ocurren dos veces al año, pero el primero que acontece es el equinoccio de primavera, alrededor del 20 o 21 de marzo.
En el equinoccio el día y la noche tienen la misma duración, es decir, hay 12 horas de luz y 12 horas de sombra, tal es el significado de su nombre: equi “igual” y nox “noche”, “noche igual al día”.
El equinoccio ocurre dos veces al año: en marzo, que marca el cambio de la estación de invierno a primavera para el hemisferio norte, y de verano a otoño para el hemisferio sur. Cuando ocurre la segunda vez, en septiembre (el día 21 aproximadamente), el equinoccio marca el cambio de estación de verano a otoño en el hemisferio norte y en el hemisferio sur de invierno a primavera. Estos cambios no ocurren en los polos, pues en ellos sólo hay una permuta de contar con seis meses de noche a seis meses de día.
Equinoccio de primavera en Chichen Itzá
Indiscutiblemente en su estructura conocida como el Castillo o pirámide de Kukulkán, ubicada al centro del conjunto, que refleja la suntuosidad militar que rodeó a este dios creador del viento. Su base es cuadrada, tiene 55 metros por lado y 30 de altura; cuenta con nueve cuerpos en talud y una escalinata por cada lado, la principal exhibe cabezas de serpiente al inicio de sus alfardas o muretes que contienen los escalones. Si bien esta pirámide está muy lejos de competir en volumen o altura con la del Sol (Teotihuacan) o la de Giza (Egipto), tiene la cualidad maravillosa de mostrar año tras año la interacción del hombre y la naturaleza como no lo hace ningún otro candidato antes señalado.
Durante los equinoccios de primavera y otoño, al topar los rayos de sol en las alfardas de la escalera principal, se produce un espectáculo increíble de luz y sombra. Se van formando triángulos de luz producto de la sombra que proyectan los nueve cuerpos o plataformas de la pirámide. Esa sombra, conforme avanza el sol, recorre el muro deslizándose hacia abajo hasta iluminar la cabeza de una de las serpientes que se encuentran al inicio de la escalinata. Según los investigadores, este efecto simboliza el descenso del dios Kukulkán a la tierra, para comenzar así el ciclo agrícola.
Si vas a visitar uno de los sitios arqueológicos…
– Sigue las indicaciones de los empleados y guías.
– No te apartes de los caminos señalizados.
– No arrojes basura, busca un cesto o llévala contigo hasta salir de la zona arqueológica.
– Trata de contratar los servicios de un guía calificado o lleva contigo un libro para turistas sobre el sitio a visitar. De ambas maneras, te enterarás de datos que la mayoría no conoce.
– Si no está permitido, no insistas en subir a altares, templos o monumentos. Respeta el sitio sagrado.
– Conserva el lugar que visitas para que siga en pie por muchos años más.
¿Has ido? Desde la primera vez que fui a Chichen me prometí que regresaría en primavera, tres visitas mas ninguna en esa fecha (a mi favor diré que nunca especifique cual primavera)
OLVIDALO !! En marzo de 2011 fui el 22 y me dijeron que el día anterior habían contabilizado CINCO MIL personas. Olvídalo rotundamente!!
woaw tenía que haberlo hecho de soltera, bueno pero ni Teotihuacan he ido en esa fecha, una vez de niña teníamos la intención, nos quedamos a medio camino el tráfico para llegar era insoportable
Para salida familiar, te tienes que buscar un hotelito en las inmediaciones y hacer noche ahí, y ser una de las primeras en ingresar al área.